BIENVENIDOS AL CENS 3-449 de Palmira
OBJETIVOS DE LA INSTITUCION
- mejorar las competencias profesionales del personal en actividad, viabilizando a partir de la adquisición de nuevos conocimientos la resignificación del saber cotidiano.
- ampliar el campo de análisis de la realidad cotidiana.
Los egresados de esta orientación y especialidad estarán en condiciones de:
- insertar su accionar en pro de la reconstrucción de la trama social y comunitaria,
- identificar los marcos jurídicos aplicables a las diferentes situaciones que enfrenta en su desempeño profesional.
- identificar y aplicar adecuadamente los procedimientos establecidos en la normativa vigente.
- promover el protagonismo de la comunidad en pos de la autogetion.
- promover el respecto por los derechos de las personas en diversos contextos .
PROYECTO BLOG 3-449
La capacidad de aprendizaje no se pierde
Cuando hablamos de aprendizaje, debemos ante todo aclarar en qué sentido utilizamos este término. Podemos definir al aprendizaje como la posibilidad de dar respuestas ajustadas a lo cambiante del entorno. Dicho en otras palabras, el aprendizaje se relaciona con la capacidad de adaptación.
Bien sabido es que la vejez es una etapa signada por cambios importantes en todos los planos. Podemos mencionar, entre otros, los cambios físicos, fisiológicos, la crisis en los roles de la vida cotidiana y de la identidad, y asimismo la crisis de pertenencia (marcada por la modificación en el modo de ser y de participar de la vida social). Tan significativa es la crisis de acceso a la tercera edad que, junto con la crisis adolescente, se toma como hito para dividir el ciclo de la vida en el conocido esquema de las tres edades.
Planteados estos aspectos, y recordando la definición inicial de aprendizaje, pasemos a preguntarnos si no es factible pensar que el aprendizaje es un hecho central en la vida del anciano. ¿No son todos los cambios mencionados una interpelación directa a su capacidad de adaptación? ¿No es necesario que ponga en juego todo su potencial de aprendizaje para aprender (y re-aprender) a manejarse con un cuerpo diferente, con un rol social diferente y con una actividad cotidiana diferente (entre otros cambios)? Podemos contestar afirmativamente estas preguntas sin temor a equivocarnos.
Hablemos ahora de aprendizajes más específicos o “académicos”, que suelen generar mayor controversia. Siguiendo un arquetipo deficitario de la tercera edad, diríamos que en ella se dan pérdidas o disminuciones físicas, fisiológicas y cognitivas que obstaculizan (o anulan) la capacidad de aprendizaje. No puede negarse que hay ciertos potenciales que disminuyen su rendimiento, pero debe recalcarse que existen otros potenciales que los compensan. Por esto, parece más adecuado hablar de un cambio en el perfil intelectual, el cual de ninguna manera significa pérdida.
Numerosos estudios han demostrado que lo que más afecta la capacidad de aprendizaje, no son tanto los cambios físicos y mentales, sino el miedo a fallar y el temor al ridículo. Es decir que, desde el rol psicopedagógico, estos últimos aspectos deberán ser muy tenidos en cuenta, además de proporcionar al anciano estrategias adecuadas de procesamiento y evocación de la información.
Quiénes sufren el golpe del desempleo que creció al doble en Mendoza
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Las personas que trabajan en relación de dependencia son las primeras que sienten el efecto de las crisis y, también, son las últimas que se benefician cuando comienzan los ciclos de prosperidad y progreso.
Para constatar esta teoría basta con analizar lo que ocurre en el Gran Mendoza, donde hay 14 mil desocupados más que hace un año atrás, cuando la palabra “crisis” sonaba ajena, extranjera.
Según la medición oficial (segundo trimestre de 2009), que difundió el Indec (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) esta semana, el 7,9% personas no tenían empleo y lo buscaban en la Capital y los departamentos que la rodean, contra 3,9% desocupados del segundo trimestre de 2008. Dicho de otro modo: creció casi 100% la desocupación en el principal conglomerado urbano de la provincia. Eso, después de haberse mantenido en niveles óptimos durante los últimos tres años.
Detrás de las estadísticas hay mendocinos sumidos en una incertidumbre que rememora la debacle de principios de esta década, familias que quizás consiguieron cambiar sus electrodomésticos y salir de vacaciones en los últimos dos o tres veranos, pero que hoy por hoy sólo buscan una changa para llegar a fin de mes, hasta obtener nuevamente un empleo.
El gobierno local les responde con explicaciones que intentan ser alentadoras. El ministro de Producción Raúl Mercau, quien fuera por mucho tiempo el Director de Empleo en la gestión de Celso Jaque, asegura que todo se debe a los efectos de la crisis internacional "que fueron previstos en 2008” y se contenta con aclarar que, pese a los índices alarmantes, el 7,3% de desocupación actual en Mendoza es inferior a la media nacional, que se ubica en el 8%.
La interpretación de Mercau no es menor, y su protagonismo tampoco, dado que ha sido él desde el inicio de esta gestión peronista el analista que ha dignosticado lo que hoy ocurre; y a su cargo estuvo el diseño de las estrategias políticas para paliar los efectos de la crisis que él mismo advirtió. Por ejemplo, cuando en abril, ya siendo de subsecretario de Financiamiento (antes -como se dijo- fue director de Empleo), les pintó un horizonte de depresión y crisis y desempleo a Jaque y a los ex gobernadores de Mendoza. Asimismo, fue él quien elaboró y promocionó una ley para promover el empleo y atraer inversiones. Luego de un año, la norma demostró una clara ineficiencia, hecho que fue admitido por el propio ministro en declaraciones a MDZ.
Radiografía
Aunque los números no dicen quién se quedó en la calle, el gobierno y algunos sindicatos están de acuerdo en que probablemente sean los albañiles quienes más fuerte sienten la derrumbe del empleo. Pero no es cierto, como si intenta instalar, que el de la construcción es el único rubro con problemas: también la actividad comercial, el turismo y todas las industrias relacionadas con la exportación se han desprendido de mano de obra en el último año.
Las lamentaciones en torno a la falta de obras edilicias –que, es cierto, ha caído de manera estrepitosa- encajan de maravilla con un proyecto oficial para construir viviendas sociales, previo endeudamiento con la Anses, que promete a Mendoza miles de empleos. El cobismo rechaza este proyecto de ley porque no es un subsidio nacional como los anteriores planes federales que administró el IPV sino que propone aumentar en 650 millones de pesos las obligaciones del Estado Provincial con la Nación. Por eso, si no llegara a aprobarse esta controvertida norma que aguarda su tratamiento en la Cámara de Senadores, Jaque y sus ministros tendrían una excelente excusa para explicar el alza de la desocupación que, según prevén algunos analistas, dará un índice mayor en el próximo trimestre.
Demoliendo hoteles
Desde el mismo gremio de la construcción (UOCRA) reconocen que la caída del empleo en el sector no se debe únicamente a la vivienda social. El secretario general Néstor Romero aclara que no han salido nuevas adjudicaciones de obra pública mientras que las que ya están en curso no siguen el ritmo normal de empleo: “Debería haber 300 compañeros en las obras viales de la Ruta 7 entre Santa Rosa y Desaguadero, pero no hay más de 50 ó 60. No se han iniciado las escuelas como debería ser y en la línea Comahue-Cuyo hay 15 trabajadores, cuando debería haber 300 también”, denuncia.
De este modo, por estos días trabajan esa actividad unos 6 mil obreros en Mendoza, siendo que entre 2003 y 2006 hubo picos de 12 mil y 14 mil empleados en la construcción.
También la industria de la madera ha expulsado mano de obra en el último año. Pero en el gremio aseguran que el proceso comenzó antes de que estallara la crisis financiera internacional. Coincide la caída con en el mes abril de 2008, cuando tomaba impulso la pelea entre el gobierno nacional y el campo por las retenciones.
El empleo en el sector no logró recuperarse del último impacto económico, y para colmo ya comenzó a sufrir el siguiente choque con la crisis. Por estos días hay entre 500 y 600 profesionales carpinteros buscando trabajo en la provincia, de acuerdo con lo que calcula Orlando Vega, secretario general del Sindicato Obrero de la Industria de la Madera. En este rubro, íntimamente relacionado con la construcción trabajan entre 3.500 y 4 mil mendocinos, de los cuales hay afiliados 2.500 al sindicato.
Otra industria, la vitivinicultura, parece haber mantenido más o menos estable el nivel de ocupación en empleos permanentes. Aunque el real impacto de la crisis en la ocupación de personal en “industria madre” se podrá conocer a partir de octubre, fecha en que empieza cada año la temporada fuerte de trabajo en el rubro.
Sin embargo, ya se sabe que ha habido despido de personal en algunas bodegas, según cuenta José Antonio Arias, dirigente de Foeva (Federación de Obreros y Empleados Vitivinícolas de Argentina); y la situación es bastante más delicada en la industria del mosto.
Viñas y bodegas emplean en la provincia a casi 25 mil personas, “en blanco”; a las que se agregan otras 7 mil que trabajan en forma temporaria. Esa gente que trabaja durante la época de cosecha y de poda, apela el resto del año a otros rubros y es allí donde aumenta el trabajo no registrado en el sector, explican en el sindicato.
El mostrador sin quién lo atienda
Volviendo al tema que nos ocupa en esta oportunidad (en una próxima entrega hablaremos de empleo en negro), dijimos que existen otros rubros que engrosan la lista de desocupados en la provincia. La retracción que más afecta a la zona urbana se da en el comercio.
Guillermo Pereyra, del Centro de Empleados de Comercio sostiene que “desde que comenzó el año tenemos un promedio de despidos de 70 por mes”, solamente entre quienes están registrados. El secretario general da a entender que “para un universo de 19 mil trabajadores” no es una suma escandaloso, aunque “es doloroso porque son compañeros”.
Lo cierto es que, aunque armó gran revuelo el despido de 89 vendedores por el cierre de C&A, una decena en Carrefour y otros 50 en el call center de Telmex -todos relacionados con el impacto de la crisis en compañías extranjeras- se ha producido el cierre de otras pequeñas empresas o comercios familiares que, aunque no figuran inscriptos en el sindicato, también suman desocupados al número global.
El representante del CEC, y diputado nacional justicialista, dice que “aún no vemos la crisis de nuestro sector porque somos el último eslabón: primero está la metalmecánica, construcción y después cuando esa gente tenga menos plata para gastar nosotros vamos a tener problemas. Ahí se van a empezar a resentir los supermercados”.
Sin embargo, Pereyra confía en que la situación mejore en los próximos meses; ya que las empresas estarían justas de personal y necesitarían más gente cuando comience el aumento estacional en las ventas de fin de año.
Por otra parte, en las estaciones de servicio, a diferencia de otras actividades, sostienen que se ha mantenido el empleo, pero les cuesta recuperar salarios porque “desde hace una año ya estaba mal la situación”. Esto se debe, según explica el dirigente sindical José Escoda, a los cupos de venta que exigen las petroleras a las estaciones de servicio, que también tiene que ver con la falta de inversión en el sector energético. Se trata de una realidad compartida con los trabajadores de la industria petrolera en general.
Sin embargo, a diferencia de lo que denunció hace diez días Rosario Sica, la titular de la Federación de Empresarios de Combustibles de la República Argentina (FECRA), Escoda insiste en que “no hemos tenido despidos, aunque sí ha habido recambio. Esto se debe a que nuestra modalidad de trabajo es todos los días las 24 horas, nos ha favorecido”.
¿Qué ocurre con las estaciones que desaparecieron? “Aca han cerrado algunas pero también han abiertos mucha más. Cierran porque pierden la bandera (YPF, ESSO, Shell, etc) fundamentalmente, porque no han invertido más las petroleras”, asegura Escoda.
¿Crisis internacional?
Invitamos a los sindicalistas a reflexionar sobre las causas del desempleo en la provincia. Y de allí mismo surgen algunas conclusiones interesantes:
Sostiene Vega, del sindicato de la madera, que “la crisis mundial ha afectado y hay empresarios que especulan también. Si acá ocurriera lo que en España, Italia, Estados Unidos nos estaríamos comiendo los unos con los otros”.
Escoda también opina que a las pymes expendedoras de combustible no las afecta la crisis externa, como sí lo hace con las actividades vinculadas con la exportación.
Romero, de la construcción, también sostiene que “la crisis internacional, desde nuestro humilde punto de vista, no debería afectar a la Argentina”.
En el plano nacional las visiones difieren: “No podemos estar peleando todos los días por una ley de radiodifusión y los problemas políticos, se habla de un montón de cosas pero el fondo de la cuestión es otro: que la gente no pase necesidades, que la gente tenga trabajo, que no haya niños trabajando. Hay mucha gente que mira para otro lado”, respondió Vega.
Y, en cuanto a la política de desarrollo productivo en Mendoza, algunos se animan a juzgar, que “las habrán implementado mal o algo está pasando” y propone comparar el desarrollo productivo de San Luis con el de esta provincia.
Científicos advirtieron que peligran las reservas de agua en Mendoza
Así lo describen los principales especialistas, para quienes nos acercamos a un cuello de botella: en las próximas décadas, la demanda de agua tendrá un crecimiento sostenido y la oferta disminuirá sin freno.
En este panorama crítico se cuela un hecho: las principales reservas de agua alojadas en los glaciares irán agotándose poco a poco en el transcurso del siglo 21 hasta prácticamente desaparecer, producto del aumento de la temperatura, que se estima que será de 4°C.
La nevada fuerte de esta última semana permitirá que la alerta lanzada por las autoridades de que va a faltar agua este verano se disipe. Pero a mediano plazo se maneja un pronóstico menos alentador.
Según el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla), es de esperar que en las próximas décadas nuestra zona cordillerana se vea afectada por lo que se conoce como “oscilación decenal del Pacífico”. Esto es un fenómeno cíclico que provoca épocas de seca de nieve en nuestra montaña.
Lo sabemos todos: si no nieva, no tenemos agua, ya que de ella depende el 90% del caudal del río; el resto lo aportan los glaciares que actúan como reguladores. Si los glaciares se derriten, ¿qué debemos esperar?
Ricardo Villalba, director del Ianigla , explica cuál es el pronóstico. “En base a la información que tenemos, la temperatura va a ir aumentando hasta alcanzar unos cuatro grados a final de este siglo. La nieve va a estar asociada a la oscilación decenal del Pacífico, que puede darnos ciclos húmedos y ciclos secos. Si pensamos que la población va a aumentar y el consumo de agua también, la oferta regulada por estos cambios climáticos posiblemente haga que el agua no aumente”, describe el científico.
Con los pergaminos de quien puede decir que tiene al menos una parte de un Nobel, Villalba advierte: “La situación va a ser crítica en algún momento. Eso nos induce, nos obliga a pensar en medidas de adaptación y a tratar de ser más eficientes en el uso del agua en Mendoza”. Este comprovinciano formó parte del Panel Intergubernamental para el Estudio del Cambio Climático (IPCC), que en el 2007 recibió el Nobel de la Paz.
La falta de cultura
De lo que habla es de otra cosa sabida. Mendoza no consigue tener internalizada una cultura de cuidado del agua y bastan dos datos para demostrarlo: cuando habría que cuidar cada gota, del agua de riego (se lleva casi el 80% de lo que se genera) se desperdicia más del 35% y del agua potable se estima que se derrocha un 30% de lo que se produce.
Parte del problema de los últimos años fue el mal manejo que se hizo de Obras Sanitarias Mendoza (OSM), que el Gobierno de Celso Jaque dice venir a remediar con la intervención estatal a la empresa. El interventor de OSM, Gonzalo Dávila, expone una realidad: a nivel oficial se calcula que en un lapso no mayor a los diez años el agua no sólo será menor, sino que además será más cara y deberá ser medida de una vez por todas.
“Hay que ser claro en que la cantidad de agua será menor y esa disponibilidad para potabilizar va a ser a costa de otros usos, fundamentalmente riego. En ese contexto, lo que hay que esperar es agua más cara y de otra calidad, al tener menos caudal en los ríos”, adelanta el funcionario.
La desaparición de los glaciares
La zona Norte de Mendoza se abastece de agua del río Mendoza, cuyas reservas se encuentran en la alta montaña. Allí descansan las grandes cuencas de glaciares (de las Vacas, Güssfeldt y Plomo), que han sufrido un fuerte retroceso en líneas generales de un 30% durante el siglo 20.
“Sabemos que con los aumentos de la temperatura estamos viendo un retroceso en los glaciares, que en líneas generales han tenido avances y retrocesos”, analiza Lydia Espizua, una investigadora del Ianigla que dedica su trabajo al estudio de los glaciares cuyanos.
A futuro, el cálculo es simple. El aumento de temperatura el siglo pasado fue de un grado. Si se esperan cuatro grados de aumento en este siglo, no habrá que tener mucho conocimiento científico para entender qué puede llegar a pasar.
PARA LA QUERIDA PROMOCION DEL 2007
Los dos glaciares clave de Mendoza, en grave peligro
| Los más afectados por el calentamiento global son El Plomo y el Piloto, en la cuenca del río Mendoza. Creen que no falta mucho para que se note en las canillas de las casas y en los cultivos. |
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Comentario |
En el mundo: La pérdida total de la superficie de hielo en los Alpes desde 1850 hasta la década del ’70 se estimó en la mitad de su valor original. Esta cifra se ha incrementado mucho más a la fecha. En la Patagonia han retrocedido considerablemente en la última mitad del siglo pasado. En este mismo período sucedió lo mismo en los glaciares de los Andes Centrales. Los gigantes de la Patagonia Han retrocedido de 1 a 13 kilómetros en los últimos 50 años. Los más importantes en la tierra de los glaciares son el Upsala, con una longitud de 60 kilómetros, y el reconocido Perito Moreno. |
Ocho de cada diez alumnos de la educación de adultos son adolescentes
De 17.606 estudiantes que había en 2008, este año la cantidad de inscriptos en los CENS alcanzó a 20.830 jóvenes. La mayoría cuenta entre 16 y 24 años. La explicación tiene que ver con la crisis del Nivel Medio.
domingo, 26 de julio de 2009
En tres años, la matrícula de los Centros Educativos del Nivel Secundario (CENS) aumentó 22%. Concretamente hay 3.760 alumnos más en esa instancia educativa. Si bien el incremento venía registrándose desde 2006, después de una caída pronunciada desde 2001 (año en que había 21.397 personas en los CENS), 85 % del aumento se registró entre 2008 y 2009: en ese período ingresaron 3.224 alumnos, según datos de la Dirección de Jóvenes y Adultos.Desde el gobierno escolar entienden que la suba obedece "al cumplimiento de un derecho debido a que por ley hay que garantizar que todas las personas tengan el secundario terminado" y admiten además que el incremento también se explica "por la crisis" que atraviesa el nivel secundario.
Recordemos que en los CENS, la secundaria se hace en tres años y no en cinco; se cursan sólo tres horas y media, y en algunos casos los estudiantes no van todos los días de la semana.
El 80 por ciento de estas instituciones funciona después de las 19 horas para que los alumnos puedan trabajar. Así, desde distintos sectores, reconocen que algunos alumnos dejan el secundario que cursan en una escuela común para hacerlo más rápido en los centros de educación. La terminalidad en ese nivel llega a 50 por ciento, mientras que 78 por ciento de los que asisten tienen entre 16 y 24 años.
Secundario en crisis
Jorge Gallegillo es el titular de la Dirección de Educación de Jóvenes y Adultos y explica que la matrícula subió porque "lo fijamos como objetivo y se trabajó para eso y responde a que se aumentaron los cargos y las horas cátedra. Por ley debemos garantizar que las personas terminen el secundario y el Estado debe salir a buscar a los que no han terminado ese nivel porque la Ley Nacional de Educación habla de la secundaria obligatoria".
También destacó que trabajaron con gente del Fondo para Iniciativas de Desarrollo Educativo y Sustentable (Fides), con los municipios y con los Centros de Capacitación para el Trabajo.
El funcionario es contundente al señalar que "este gran salto de aumento de la matrícula del CENS está reflejando problemas en Media. La educación de adultos en sus inicios era para gente adulta de más de 30 años y que trabajaba".
Tampoco se le escapa a Gallegillo que "los CENS se alimentan del fracaso de la escuela media. Por suerte está esto; se da el caso también de sectores medios bajos que han optado por el CENS para que su hijo después llegue a estudios superiores. En ciudad hay seis CENS con un promedio de 300 alumnos, cada uno formado por jóvenes que dejaron la secundaria y la retomaron".
Por su parte, el ex titular de la Dirección de Educación de Jóvenes y Adultos durante la gestión de Julio Cobos, Eduardo Andrades, indica: "A los CENS sólo tienen que ingresar los que abandonaron el secundario por distintas razones y se los debe capacitar con salida laboral y después acordar con empresarios desde el Estado para que les den trabajo".
Un razonamiento similar hace la ex titular de la Dirección General de Escuelas Emma Cunietti: "La escuela tiene que tener calidad, equidad y pertinencia. A los que van al CENS se los debe capacitar además para el trabajo y que salgan con un oficio porque el que tiene 25 años no va al CENS para después estudiar medicina".
¿Más flexible?
"Tenemos claro el problema", dice Gallegillo porque sabe que si bien los CENS son modalidades más flexibles, para que la gente pueda terminar el secundario, se corre el riesgo de que algunos dejen el secundario común para hacerlo en menos tiempo en los CENS.
Así entonces, ¿cuál es el límite? "Existe esa situación, lo tenemos claro, pero tienen el derecho a estudiar. No nos alegra que la secundaria esté en crisis y participamos de los equipos que piensan cambios para la secundaria porque entendemos que está en crisis por su rigidez".
Andrades advierte también que "al estar cerca el CENS y cursar en menos horas y años que un secundario común, muchos optan por terminar la secundaria ahí".
Sin dudar, el ex funcionario indica: "El aumento de la matrícula es complicado, se nivela para abajo. Nosotros advertimos este problema y lo padecimos, por eso la educación media y la de adultos deben actuar en conjunto. Dejamos un diseño y una estructura curricular para trabajar en educación de adultos que surgió desde las instituciones".
El ex funcionario concluye con una solución de fondo: "En la medida en que no se aplique la educación como política de Estado, va a ser más difícil solucionar todo. Mientras tanto, el sistema educativo es cautivo del gobierno de turno, y esto es un problema estructural grave".
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